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Los pantalones de campana, el pelo de colores, los piercing, los coches personalizados, tuning lo llaman; el gotelé. Son cambios, modificaciones estéticas, que, sin lugar a dudas, responden a modas pasajeras. Unas veces, recurrentes otras. Personalmente espero que el gotelé no vuelva a ponerse de moda.

Los nuevos formatos dentro del periodismo, sin embargo, responden a una necesidad comunicativa concreta de un momento determinado. No conozco a nadie que, por que está de moda, lea hilos de Twitter para que los demás puedan apreciar que esa persona también es muy «moderna» (del latín, modernus: reciente, actual). Sí que puede haber quién los escriba por motivos parecidos, pero creo que son una minoría.

De esta forma, vemos que el periodismo lo que ha venido haciendo a lo largo de la historia es adaptarse a los tiempos que vive y las herramientas que la tecnología pone a su disposición; poniendo al servicio de la sociedad su trabajo en el formato que mejor convenga a ésta en cada momento. Quiero decir con esto que en un momento determinado eran los lectores beneficiarios del periodismo, se sumaron los oyentes, después los espectadores, más recientemente los navegantes y, en los últimos tiempos, parece que se ha mezclado un poco todo. Además, a esta última mezcla hay que sumarle que el público, ahora, puede participar en el proceso comunicativo y hasta convertirse en emisor de la comunicación.

Llegados hasta aquí, lo que nos queda es hacer un poco de adivinos y hablar sobre el futuro. La pregunta que yo plantearía sería: ¿Cuáles serán las necesidades comunicativas del futuro próximo? yo diría que, seguramente, estemos a punto de dar el salto hacia una comunicación total y absolutamente personalizada. Iremos caminando por la calle y mediante el uso de nuestras gafas se nos mostrarán contenidos, informaciones, mensajes, incluso publicidad; acorde a nuestros gustos y preferencias.

Si lo pensamos detenidamente es algo que da mucho miedo porque, ¿quién nos dice que no pueden usar la tecnología para posicionarnos y propiciar que pensemos de una u otra forma?. Simplemente habría que incidir en ponernos delante una serie de mensajes que fueran guiando nuestro parecer en una dirección concreta. Es muy preocupante. Pero, ¿quién nos dice que eso mismo no está sucediendo en la actualidad?

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